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Foto del escritorSalhua Serrano

La moda tiene poder en mí?

La moda tiene poder en mí? Alguna vez he pensado que puede ser un elemento de liberación personal ? a través de mi experiencia en este campo quiero comentarte lo que opino acerca del Poder de la Moda en tu crecimiento personal y reafirmación de tu ser.

Vivimos en un mundo donde la individualidad se busca, pero rara vez se encuentra. La moda, en su esencia más pura, ha sido siempre una vía para expresar quiénes somos sin necesidad de pronunciar una sola palabra. A través de la ropa, podemos contar historias, revelar emociones y mostrar al mundo nuestro verdadero ser. Sin embargo, en la sociedad actual, este deseo de ser diferente se enfrenta a un riesgo constante: la uniformidad impulsada por un consumismo desenfrenado, parecemos que todo vamos al colegio luciendo prácticamente iguales…



Creo actualmente después de un arduo recorrido en el campo de la moda que la misma debería comportarse como un reflejo del ser,

Cada prenda que elegimos si tiene un significado. La moda no es solo una cuestión de estética; es un espejo de nuestro estado interior, de nuestras experiencias y de nuestro camino en la vida. Por eso cuando optamos por vestimentas que hablan por sí solas, nos estamos haciendo eco de nuestros valores, sueños y deseos, de lo que sentimos en ese momento y como queremos expresarlo. Este acto de vestir de manera diferente es, en sí mismo, una declaración de autenticidad, una forma de reivindicar nuestra esencia en medio del ruido exterior.


El riesgo de la conformidad y el consumismo

En el panorama actual de la moda, la individualidad a menudo se ve aplastada por la maquinaria de la industria. Las tendencias nacen, se propagan y mueren a un ritmo vertiginoso, arrastrando a millones de personas en una ola de conformidad. Lo que alguna vez fue un espacio para la creatividad y la autoexpresión, ahora está saturado por la presión de estar a la moda, de pertenecer, de no quedarse atrás, generar tendencias es necesario para el mercado de esa manera guían a las masas y garantizan ventas en tiempos estimados por ellos mismos.


Este consumismo descontrolado no solo afecta nuestras elecciones estéticas, sino que también nos aleja de nuestra verdadera identidad, sin hablar ahora ampliamente de la contaminación ambiental de la nos volvemos cómplices ( la industria de la moda es la segunda mayor contaminante ambiental después de la industria cárnica) cuando seguimos ciegamente las tendencias, corremos el riesgo de perder el contacto con nuestro yo interior, de olvidar lo que realmente nos hace felices y de cómo queremos caminar por la vida. Las prendas que compramos se convierten en símbolos de una conformidad forzada, a veces son una anestesia para problemas existenciales que no estamos resolviendo, sin satanizar la compra libre de cada persona solo quiero que abracemos nuestra individualidad y darle más valor conciente a lo que se desee adquirir.


Durante muchos años, me vi atrapada en este ciclo. Caminaba envuelta en telas que, lejos de liberarme, me ataban a un sistema asfixiante que prometía mi paz a través del consumo y producción continua. Es fácil dejarse llevar por la corriente, fabricar lo que todos compraban, vestirlas con las tendencias que todos vestían. Pero, en algún momento, sentí la necesidad de detenerme, de respirar, de escucharme a mí misma y preguntarme: ¿esto realmente me representa?


Ese fue el comienzo de un proceso de despertar, de aprender a valorar cada prenda que adquiría, no por lo que dictaba la moda, sino por lo que significaba para mí. Comencé a explorar la moda de una manera más consciente, buscando piezas que resonaran con mi camino de vida, que fueran coherentes con mi visión del mundo y que me permitieran expresarme de manera auténtica.

Siento que la moda me ayudó a abrir los ojos y a liberarme, cuando empecé a vivirla con intención y conciencia, tuvimo el poder de liberarme y si, le quite el valor que le había dado por muchos de sentirme esclavizada a ella. Lo que voy a escribir ahora puedo compartirlo con completa libertad: No necesitamos seguir ciegamente las tendencias para ser felices o para sentirnos parte de algo!! Al contrario, cuando nos permitimos vestir de acuerdo con nuestras propias reglas, nos liberamos de la presión externa y encontramos una fuente genuina de alegría.


Hoy te Invito a cuestionar las tendencias, a buscar prendas que realmente te representen y a recordar que la moda, en su forma más auténtica, es una herramienta para expresarse, no para sentirte afixiada por sus tendencias, el verdadero estilo no sigue, lidera; no imita, crea.


En un mundo saturado por el consumismo, el verdadero riesgo está en ser quien realmente eres, en dejar que tu ropa hable por ti, sin necesidad de decir una sola palabra.


Un abrazo grande,


SS.

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